En sus 115 años de historia, el Club Deportivo Guadalajara ha vivido infinidad de historias en el Futbol Mexicano, forjando una historia de éxitos que no habrían sido posibles sin los ídolos que hasta el día de hoy sobreviven en la memoria de todo aficionado al balompié. 

El último ídolo en la historia moderna del Rebaño Sagrado ha sido Adolfo “Bofo” Bautista, quien con un nivel futbolístico superlativo en el mejor momento de su carrera, se ganó el cariño de la afición rojiblanca.

Uno de los momentos heróicos del Bofo se dio en la Final del Apertura 2006, cuando las Chivas se midieron a los Diablos Rojos del Toluca en un contexto sumamente emotivo en las entrañas del cuadro jalisciense. 

Eliminatoria memorable

Para llegar a la Gran Final, el Rebaño Sagrado tuvo que pasar por el repechaje, donde vapulearon a los Tiburones Rojos del Veracruz 6-1, incluyendo un 4-0 en la Vuelta en el Estadio Jalisco

Después eliminaron al Cruz Azul. Se quedaron la Ida 2-0 y aunque en la Vuelta los cementeros trataron de reaccionar, el chiverío sentenció con dos goles más.

En Semifinales disfrutaron aún más del partido, pues eliminaron al América 2-0 en el global, avanzando a la Gran Final para enfrentar a un Toluca que, sin contratiempos, había eliminado a Rayados y Pachuca

Una Ida bastante cerrada

El primer partido de la Final se disputó en el Estadio Jalisco y en medio de toda la tensión, tanto en las gradas como en el terreno de juego, el partido quedó empatado apenas por la mínima; un resultado doloroso para Chivas, pues en aquel plantel choricero estaban hombres como Sinha, Vicente Sánchez y Bruno Marioni, quienes tendrían todo para coronarse en casa.

Chivas iba con la misión clara: lograr la proeza en el Nemesio Diez y conseguir campeonar después de nueve años de sequía. 

El inicio complicado en el infierno

Con el sol a mediodía en pleno recinto, a los rojiblancos se les complicó mucho encarar el encuentro ante los dirigidos, en aquel momento, por Américo Gallego. 

Bruno Marioni puso adelante a los Diablos con su gol apenas a los 15 minutos, desatando toda una locura en el abarrotado Nemesio Diez. 

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Una final bastante aguerrida entre choriceros y rojiblancos.

La proeza se complicó más para los rojiblancos que, a pesar de la complejidad del partido, jamás dejaron de intentar, consiguiendo su recompensa a los 51 minutos con un cabezazo de Francisco “Maza” Rodríguez para emparejar todos los cartones.

Resiliencia del “Bofo”

En enero de 2006, a inicios de aquel Torneo Clausura en el Futbol Mexicano, Adolfo Bautista recibió una noticia que le partió el corazón, en medio de la concentración con el Rebaño de cara a lo que deparaba el certamen. 

Su madre, Cristina Herrera Dorantes, había fallecido. Una noticia que le partió el corazón al “Bofo”, quien pensó en dejar el futbol y por ello no regresaría hasta febrero del mismo año. 

“Ese torneo ya quería olvidarme del fútbol. Incluso los profes que estaban, me insistían que fuera a entrenar. Duré como 15 días encerrado en mi casa. Regresé y fue un torneo complicado”, recordó en una entrevista para el Diario Marca. 

La promesa que quedó pendiente: ser campeón con Chivas, por lo que luchó todo el segundo semestre para conseguirlo…y así fue. 

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Adolfo Bautista en un la Ida de la final del Apertura 2006.

El gol más emotivo

Con el Infierno ardiendo en la Final, Adolfo Bautista metió el gol de la voltereta y lo que significó la onceava estrella en la historia del Club Deportivo Guadalajara. 

La celebración es la más recordada por la afición, pues con un “Bofo” desconsolado en el campo, con la mirada clavada en el cielo, los aficionados estallaron de júbilo ante el gol del último gran ídolo del Rebaño Sagrado. 

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De sus 130 goles en clubes, este es el más emotivo y significativo en toda la carrera de Adolfo Bautista, pues fue el gol que significó el título de liga número 11 de las Chivas y una promesa cumplida que fue a parar hasta el cielo. 

Néstor Galindo

Apasionado por el futbol.