Hace más de 50 años, Alejandro Obieta quedó impresionado, cuando apenas siendo un niño, entró a la cancha del Nemesio Díez y vio lo imponente de los colores del Guadalajara en esta visita al Toluca. Una pasión que se convertiría en la más grande de su vida.
A pesar de que su padre fue futbolista de los Diablos Rojos en aquellos años 60, Alejandro siempre fue de las Chivas. Su tío era de tierras tapatías, y al visitarlo comenzó una unión muy especial con el equipo. Eran buenos tiempos. El ocaso del Campeonísimo.
En este primer partido que recuerda del Rebaño Sagrado, pudo conocer en el hotel San Carlos a grandes ídolos como Javier Valdivia, Alberto Guerra, “Coco” Rodríguez y hasta “Chava” Reyes. Incluso le firmaron un banderín. En ese momento fue la primera vez que convivía con futbolistas rojiblancos, sin saber que sería apenas la primera de muchas anécdotas increíbles.
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Hoy en día, es uno de los aficionados más reconocidos del Guadalajara. Alejandro puede presumir tener más de 600 playeras del equipo, casi el 90% están firmadas por sus héroes. Además, convirtió un espacio de su casa en el Cuarto Chiva, en el que colecciona todo tipo de artículos alusivos al equipo de sus amores.
¿Qué significa ser ChivaHermano?
“Parte de mi vida. Hay prioridades, mi familia y luego mi pasión por Chivas. El trofeo que me dieron, el galardón se llama Pasión Rojiblanca. Porque el secreto de la vida es hacer todo con pasión y bien enfocado. Todos los días me despierto, veo noticias, toda mi familia me conoce por esta afición, el Papá Chiva, el Tío Chiva, el Señor Chiva. Es mi vida, es padrísimo vivirlo. Con sus pros y contras”.
Fue en los años 90, cuando comenzó a coleccionar uniformes del Rebaño Sagrado. En aquellos tiempos, no era fácil conseguir jerseys originales de cualquier equipo del futbol mexicano.
Pero en una ocasión después de ver un partido de las Chivas en el que fuera el Estadio Azul, vio que vendían la playera Atlética que usaba el club en 1997.
“Quedé maravillado, una de las playeras más bonitas que ha tenido Chivas y empecé a comprar. Toda mi familia sabía de mi afición y también me regalaban, llegué a juntar 100 playeras”.
Años después, el periodista Joel González se enteró de su todavía “pequeña” colección y le pidió hacerle una entrevista. Con él, aprendió mucho del valor que podía tener cada indumentaria rojiblanca, relata en entrevista para Soy Chivahermano.
Y empezó a crecer su gusto por adquirir artículos, pero nunca con la intención de dedicarse a esto con fines de lucro. De hecho, a veces buscan venderle playeras a precios exorbitantes, porque conocen de su gusto, pero él prefiere conseguir a su modo los jerseys.
“Es más por el amor al equipo, no tanto por coleccionismo profesional”.

SU AFICIÓN ROJIBLANCA VA MÁS ALLÁ
Por tal motivo, en agosto de 2017, las Chivas decidieron reconocerlo con el premio de Pasión Rojiblanca, que se le entregó dentro de la cancha del Estadio Akron. Cuenta que desde que le enviaron un correo para avisarle que sería galardonado, no pudo dormir varios días, hasta que se materializó este gran momento.
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Es un aficionado incansable. Viaja a donde vaya el equipo. Puede pasar sueño, hambre o hasta poner en riesgo llegar al trabajo, pero no deja solo al Rebaño Sagrado. Lo hace acompañado, su esposa, sin tener el gusto por el futbol, lo apoya en sus locuras.
“Un Clásico en el Estadio Azteca, le avientan una botella a mi esposa de gatorade, y me sentenció de que no volvería. En 15 días después, estábamos en la porra oficial de las Chivas en la CDMX”.
Prácticamente, no hay día en que el dueño del Cuarto Chiva no utilice alguna playera alusiva al Guadalajara. De hecho, llegó el momento que sólo tenía uniformes del trabajo y de su amado equipo. Muchas de ellas, con el número 7 de su jugador favorito: Ramón Ramírez.
La relación de Alejandro Obieta con el club, ha sido tan especial que ha logrado fraternizar con jugadores y leyendas de las Chivas. Es la sensación máxima. Imaginar que alguien como Joel “El Tiburón” Sánchez le manda un mensaje para felicitarlo en su cumpleaños.
Ya no es sólo un fan, es un Chivahermano en toda la extensión de la palabra.
