Aunque hoy es de lo más normal decirle Chivas al Guadalajara, no siempre fue así. Se necesita remontar más de 70 años para conocer el origen del nombre, que intentó ser una burla del rival, pero se convirtió en el apodo favorito de la afición.

Al igual que en muchas otras historias, existen algunas diferencias en las versiones sobre el surgimiento del mote. Pero primero hay que ir por partes.

El nombre inicial cuando se fundó el equipo fue el de Unión FC en 1906. Sin embargo, dos años después cambió a Guadalajara Football Club, ya con el empresario Rafael Orozco como presidente deportivo.

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Eran otros tiempos, tanto que en aquel entonces sí había jugadores extranjeros en la plantilla, lo que fue cambiando hasta que se convirtió en el equipo 100% mexicano. También el dominio que tuvo el club en la liga tapatía provocó la rivalidad con el otro conjunto de la ciudad, el Atlas.

Así que aunque desde 1923 pasaron a llamarse Club Deportivo Guadalajara, la fanaticada rival buscaba algún sobrenombre para burlarse. En especial, ya que el público rojiblanco había bautizado a los rojinegros como “margaritas”, haciendo alusión a su fragilidad en el campo.

Y un 1 de octubre de 1948, el equipo disputó un accidentado partido contra el Tampico en el Parque Oro, en el que algunos espectadores gritaron que los jugadores rojiblancos parecían “Chivas brinconas“.

 

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Lo que quedó inmortalizado cuando Martín del Campo, periodista de El Informador, quien por cierto era aficionado del Atlas, decidió titular la nota de aquel encuentro como “Jugaron a las carreras y ganaron las “Chivas” uno a cero”.

“Los jugadores se concretaban a ejecutar carreras por todos lados, sin organizar ningún avance digno de mención…El verdadero futbol brilló por su ausencia”, aparece en la crónica que logró recapitular el portal Goal.com

Entonces los atlistas quisieron usar el apodo de manera despectiva. Incluso en el partido del 14 de julio de 1949, cuando se enfrentaron contra el Guadalajara, llevaron a una chiva vestida con los colores rojiblancos.

Aunque en lugar de molestar al grupo, comentaron. “Sí, somos Chivas ¿Y qué? Decir Chivas es decir Guadalajara”. Además aquella noche si ganaban los rojinegros, conseguirían su primer título de liga, algo que no sucedió por el triunfo del Guadalajara.

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Así que los locales fueron ovacionados con un grito ensordecedor: ¡Chivas, Chivas, Chivas!, según relata el historiador Carlos Calderón en su libro el Anecdotario del Futbol Mexicano II.

Y desde entonces, el resto es historia, se consolidó un nombre que hoy es motivo de orgullo para todos los ChivaHermanos

Néstor Galindo

Apasionado por el futbol.